Antes de hablar de qué es la termografía, es imprescindible definir qué son los infrarrojos. La luz infrarroja está a medio camino entre el espectro visible y las microondas del espectro electromagnético. La fuente principal de radiación de infrarrojos es el calor o la radiación térmica, y cualquier objeto con una temperatura superior al cero absoluto (-273,15ºC o 0 Kelvin) emite radiación en la región infrarroja. Hasta los objetos más fríos que podamos imaginar, como podría ser un trozo de hielo, emiten rayos infrarrojos.

¿Qué es la termografía?
Llegados a este punto ya podemos hablar sobre qué es la termografía y definirla como la técnica que permite medir temperaturas a distancia y sin contacto físico con el objeto en estudio, captando la intensidad de la radiación infrarroja emitida por los objetos. Esto se realiza a través de cámaras térmicas, que convierten la energía que irradia un objeto en una imagen visible formada a partir de la temperatura superficial del objeto captado.
Todos los días estamos expuestos a los rayos infrarrojos. El calor de la luz solar, el fuego o un radiador son formas de infrarrojos. Aunque nuestros ojos no los vean, los nervios de nuestra piel los perciben como calor. Cuanto más caliente es un objeto, más radiación de infrarrojos emite.

¿Qué son las cámaras termográficas?
Si tienes dudas sobre las aplicaciones de la termografía infrarroja, entra en este post, donde te explicamos cómo funcionan las cámaras termográficas, tipos de cámaras y cómo seleccionarlas.
¿Qué se detecta con la termografía?
La termografía permite captar patrones térmicos y tendencias que reflejan información valiosa para distintas aplicaciones técnicas, como la revisión de sistemas eléctricos, instalaciones mecánicas, escapes de gases, o la detección de problemas en edificaciones. Gracias a estos patrones, incluso podemos detectar anomalías o zonas de riesgo antes de que se manifiesten físicamente, lo que contribuye a la prevención y el mantenimiento seguro en múltiples entornos.
¿Cómo se hace la termografía?
Para realizar una termografía, se utiliza una cámara térmica que registra la radiación infrarroja de un objeto y convierte cada píxel de la imagen en una medición de temperatura. De esta forma, obtenemos una representación visual de los distintos puntos de temperatura en el área analizada, lo cual permite identificar zonas específicas con mayor precisión que un termómetro de infrarrojos.
Es importante diferenciar entre una cámara termográfica y un termómetro de infrarrojos: mientras que el termómetro mide la temperatura en un solo punto, la cámara termográfica analiza una zona determinada, proporcionando una medición de temperatura única en cada píxel de la imagen.

Por lo tanto, las mediciones con cámaras termográficas presentan 4 grandes ventajas:
1. Mide la temperatura en tiempo real:
Si la temperatura de un objeto cambia, la cámara lo detecta inmediatamente.
2. Medición sin contacto directo:
Al ser una técnica no invasiva, no manipulamos ni tocamos el objeto, sino que trabajamos a distancia y de forma segura.
3. Imagen bidimensional:
Cada píxel de la imagen contiene información de la temperatura medida, permitiendo analizar varios puntos al mismo tiempo.
4. Información adicional sobre patrones térmicos:
Más allá de la temperatura, la cámara termográfica muestra patrones térmicos que pueden revelar tendencias y posibles áreas de riesgo.
Dado que todos los objetos por encima del cero absoluto emiten radiación infrarroja, las aplicaciones de la termografía son casi infinitas: desde el control de sistemas eléctricos y mecánicos hasta la medicina, rescate, detección de incendios y estudios de eficiencia energética en edificaciones, entre muchas otras. En el mercado existen cámaras termográficas que cubren una amplia gama de necesidades, desde el control de grandes instalaciones petroquímicas hasta el análisis de puntos específicos en instalaciones eléctricas domésticas.
Consejos finales sobre termografía
Si deseas implementar la termografía en tu empresa como método de análisis y prevención, es recomendable buscar el asesoramiento de un experto para seleccionar el modelo de cámara adecuado. Además, al considerar una inversión en termografía, no olvides aspectos como la garantía de la cámara, el servicio postventa, o la formación necesaria para un uso óptimo de la herramienta.
Para profundizar en este tema, te sugerimos revisar los siguientes artículos antes de tomar una decisión:
- 6 palabras que debes conocer antes de comprar una cámara termográfica
- 6 aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar una cámara termográfica
Recuerda que adquirir solo la cámara es una parte del proceso. Asegúrate de encontrar un proveedor de confianza que pueda acompañarte y ayudarte a lograr tus objetivos de análisis y prevención de riesgos.
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