En las instalaciones industriales, las inspecciones térmicas periódicas son clave para mantener la fiabilidad eléctrica. Pero ¿qué pasa cuando esas inspecciones suponen tiempos de parada, uso intensivo de EPI y exposición a riesgos? Este fue el punto de partida de una de las principales empresas de agua embotellada de Norteamérica.
Hoy te contamos cómo este gran referente del sector consiguió transformar su programa de mantenimiento eléctrico en 29 centros, gracias a una solución simple, segura y duradera: las ventanas infrarrojas de IRISS.
El reto: más seguridad y eficiencia en las inspecciones térmicas
La compañía, comprometida tanto con la salud de sus clientes como con la seguridad de sus equipos, buscaba una forma de estandarizar y optimizar los procesos de mantenimiento eléctrico en sus centros de Estados Unidos y Canadá.
Aunque ya realizaban inspecciones con cámaras termográficas, estas requerían abrir paneles eléctricos, usar altos niveles de EPI y asumir tiempos de intervención largos. Además, había equipos considerados “no inspeccionables” por su elevado nivel de energía incidente.
Necesitaban una forma de inspeccionar con mayor frecuencia, sin exponer al personal y reduciendo costes.
Hoy te contamos cómo este gran referente del sector consiguió transformar su programa de mantenimiento eléctrico en 29 centros, gracias a una solución simple, segura y duradera: las ventanas infrarrojas de IRISS.

El enfoque: un despliegue planificado, seguro y escalable con tecnología IRISS
Para abordar este reto, la empresa decidió actuar con visión estratégica. Apostaron por una solución que no solo resolviera el problema en una planta puntual, sino que pudiera replicarse a gran escala en toda su red de centros. Así fue como contactaron con IRISS y su socio distribuidor autorizado, DTM Consulting Services, que se encargó de diseñar y poner en marcha el plan de acción.
El primer paso fue un análisis en profundidad de la instalación piloto, situada en Ontario (Canadá). DTM evaluó las condiciones del entorno, el diseño de los cuadros eléctricos y los puntos críticos que requerían inspección continua. Con base en ese estudio, se definieron:
Las ubicaciones óptimas para instalar las ventanas IR.
Los tamaños más adecuados según la geometría y distribución interna de los equipos.
El modelo de ventana más resistente y duradero: la serie CAP-CT de IRISS.
Estas ventanas, fabricadas con polímero transparente patentado, cuentan con clasificación NEMA 4 / IP65, lo que las hace ideales para ambientes industriales de interior. Además, su disponibilidad en tamaños estándar (4″, 6″, 12″, 18″ y 24″) y formatos personalizados permite adaptarlas a una gran variedad de equipos eléctricos sin comprometer la visibilidad ni la cobertura.
Una vez definida la solución, se llevó a cabo una instalación meticulosamente planificada:
Identificación del equipo a intervenir y obtención de las aprobaciones para la desconexión.
Desenergización segura, con dos electricistas encargados de verificar el aislamiento y aplicar los procedimientos de bloqueo y etiquetado.
Retirada de paneles y colocación de las ventanas usando las plantillas de taladrado y corte proporcionadas por IRISS.
Reinstalación de las cubiertas, reenergización de los equipos y espera del tiempo necesario para su estabilización térmica.
Inspección termográfica inicial para obtener la línea base de temperatura y verificar el funcionamiento correcto.
Este proceso no solo se ejecutó con total seguridad, sino que demostró ser altamente escalable, permitiendo una implementación ágil y ordenada en futuras plantas.
Gracias a esta solución, los cuadros eléctricos ahora se pueden inspeccionar sin desmontar paneles, sin interrumpir el servicio y sin exponer al personal a riesgos innecesarios. Todo ello, cumpliendo de forma rigurosa con la normativa NFPA 70E y los requerimientos de inspección de las aseguradoras.


La solución: seguridad, eficiencia y una estrategia replicable a gran escala
La implementación de las ventanas infrarrojas de polímero IRISS en la planta piloto no solo resolvió los problemas identificados, sino que transformó por completo la forma en que se llevan a cabo las inspecciones térmicas en esta empresa embotelladora.
Gracias a esta solución, ahora pueden:
Inspeccionar con más frecuencia y sin interrupciones, lo que permite detectar fallos antes de que se conviertan en averías graves.
Reducir drásticamente el uso de EPI y los tiempos de mantenimiento, al no tener que desmontar paneles ni trabajar en tensión.
Garantizar la seguridad del personal, cumpliendo la normativa NFPA 70E con un método más sencillo y operativo.
Establecer un sistema de trabajo uniforme y escalable, que ya ha sido replicado en 29 centros de Norteamérica.
Además, la empresa ha integrado esta solución dentro de su plan de mejora a largo plazo, basado en metodologías de mantenimiento centrado en la fiabilidad (RCM/RBM). De este modo, las ventanas IRISS no solo se convierten en una herramienta puntual, sino en una pieza clave de su estrategia de fiabilidad eléctrica, que contribuye directamente a aumentar el Tiempo Medio Entre Fallos (MTBF) y a reducir costes estructurales.
El resultado: una red de centros más segura, más eficiente y mejor preparada para anticiparse a cualquier fallo eléctrico.
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