En la Universidad de Manchester utilizan una cámara térmica FLIR SC655 para ensayar la fricción y disipación de calor en prototipos. En el túnel de viento hipersónico se llegan a superar velocidades de Mach 5, lo que supone un reto para los diseños ensayados, que deben ser capaces de soportar las altas temperaturas que se alcanzan en los puntos críticos. Mediante la cámara termográfica FLIR SC655 y una ventana infrarroja de germanio, los investigadores son capaces de medir las temperaturas alcanzadas en el interior del túnel.